La ficha de la
muerte
Este cuento ocurrió en la época de Oliverio Cromwell quien fue un líder
político y militar inglés. Que se destaca principalmente por que convirtió a
Inglaterra en una república denominada Mancomunidad de Inglaterra.
Historia
A finales de la década de 1630, un caballero inglés
llamado Oliver Cromwell se disponía a abandonar Inglaterra rumbo a América del
norte. En torno a 1638 había experimentado una profunda conversión religiosa
que le había llevado a entrar en las filas del puritanismo, y deseaba practicar
su fe con libertad, algo que parecía difícil en una nación donde la iglesia
anglicana se deslizaba crecientemente hacia patrones católicos. Se hallaba en
esa tesitura cuando recibió la visita de algunos correligionarios que le
instaron a permanecer en suelo inglés.
El parlamento -disuelto en 1629 por el rey Carlos I-
iba a ser nuevamente convocado, ya que el monarca necesitaba dinero para
reprimir la rebelión escocesa. A juicio de los puritanos, Cromwell, que había
sido parlamentario desde 1628, debía presentarse a las nuevas elecciones.
Cromwell aceptó, fue elegido y desempeñó un papel activo en el impulso de
normas que garantizaban la libertad de pensamiento y la no disolución del
parlamento. Sin embargo, el monarca no deseaba que el parlamento se convirtiera
en un organismo que pudiera limitar su poder regio y procedió a disolverlo.
Ganó un gran prestigio como militar intuitivo y
disciplinado
Esta vez los parlamentarios no estaban dispuestos a
consentir aquella manifestación de despotismo y se alzaron en armas. No deja de
ser significativo el programa de los rebeldes -en su mayoría puritanos- porque
contrasta con los de otras revoluciones y es muy similar al de los insurgentes
de Norteamérica en el siglo XVIII. No buscaban implantar una sociedad utópica
sino que, por el contrario, pretendían que quedaran garantizados más allá de
cualquier veleidad algunos derechos elementales como la libertad de conciencia
y expresión, o la propiedad privada. Sus aspiraciones podían parecer modestas,
pero hicieron más por el avance de la democracia que cualquier otro movimiento.
Inicialmente, Cromwell se limitó a formar una fuerza de caballería, que obtuvo
un notable éxito en Marston Moor (1644). Fue entonces cuando se percató de la
necesidad de formar un nuevo tipo de ejército (New Model Army) en el que los
soldados no tuvieran miedo de los hombres, sino temor de Dios, y donde se
elevaran oraciones a la vez que se mantenía seca la pólvora.
Sustentado en la coherencia y en la igualdad social, el
ejército de Cromwell logró una victoria decisiva sobre Carlos I en Naseby
(1645). La derrota del monarca llevó a los puritanos a intentar forzar el
reconocimiento de algunos derechos, como la regularidad de las convocatorias
para elegir el parlamento o la libertad de conciencia. Sin embargo, aunque
vencido en el campo de batalla, Carlos I no se veía derrotado. Hasta 1647
intentó dividir a las fuerzas parlamentarias y entonces, de manera inesperada,
huyó con la intención de volver a encender la llama de la guerra civil ayudado
por Escocia y, a ser posible, por otras potencias extranjeras como Francia y la
Santa Sede. La respuesta de Cromwell fue fulminante. En 1648 derrotó a los
escoceses en Preston, lo que les convenció de abandonar a Carlos I a su suerte
y entregarlo a los parlamentarios.
Para Cromwell, Carlos I ya no era un monarca sino un
traidor a la patria y como tal fue juzgado y ejecutado en enero de 1649. Era la
primera vez que sucedía algo semejante y la medida estuvo sujeta a una gran
controversia. Sin embargo, la muerte de Carlos I y la proclamación de la
república no pusieron fin a la guerra. Los realistas fraguaron una alianza con
la Santa Sede y se dispusieron a invadir Inglaterra desde Irlanda. La respuesta
parlamentarista fue desembarcar en Irlanda en 1649 y aplastar a los adversarios
de la república con mano de hierro. Se trató de un conflicto durísimo que había
sido precedido por las matanzas de colonos ingleses en 1641 y que después sería
recordado por los nacionalistas irlandeses.
Invadió Irlanda y Escocia y controló toda Inglaterra
Sin embargo, Cromwell se limitó a seguir los
protocolos militares de la época e incluso mandó ejecutar a los que
desobedecieron sus órdenes de realizar requisas justas y previo pago. En 1650
Cromwell abandonó Irlanda y se dirigió a Escocia donde los realistas habían
proclamado rey a Carlos II, hijo del monarca ejecutado. Cromwell simpatizaba
con los escoceses, que también eran puritanos, pero su resistencia terminó con
el estallido de un conflicto en el que Cromwell se impuso tras las victorias de
Dunbar (1650) y Worcester (1651). La posibilidad de restaurar la monarquía se
disipaba y los escoceses no se resintieron de un gobierno que sustentaba sus
mismas ideas.
Restaba estabilizar la situación interior. Cromwell
intentó que el parlamento fijara una regularidad para sus reuniones y que
garantizara derechos elementales, pero sus miembros se negaron. Frustrado,
Cromwell lo disolvió en 1653.
Con él nació y murió la única república inglesa de la
historia
En los pocos años de gobierno que le quedaban, derrotó
a los holandeses, garantizando el dominio del mar para Inglaterra, y venció a
la flota española, alejando para siempre la amenaza de una invasión católica.
Cuando murió, en 1658, Inglaterra era una potencia de primer orden. Al
producirse la restauración monárquica, el cadáver de Cromwell fue profanado,
decapitado y exhibido. Hoy, sin embargo, frente al parlamento británico se alza
una estatua en su honor recordando su defensa de las libertades.
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